"Una pareja de jóvenes apuestos, acuciados por pasiones urgentes como la vida, se mira a los ojos al bailar un tango aún no escrito, en el salón silencioso y desierto de un transatlántico que navega en la noche. Trazando sin saberlo, al moverse abrazados, la rúbrica de un mundo irreal cuyas luces fatigadas empiezan a apagarse para siempre."
Autor: Arturo Pérez-Reverte
Editorial: Alfaguara
Año: 2012
Nº páginas: 504
Un extraño desafío entre dos músicos, que lleva a uno de ellos a Buenos Aires en 1928; un asunto de espionaje en la Riviera francesa durante la Guerra Civil española; una inquietante partida de ajedrez en el Sorrento de los años sesenta...
El tango de la Guardia Vieja narra con pulso admirable una turbia y apasionada historia de amor, traiciones e intrigas, que se prolonga durante cuatro décadas a través de un siglo convulso y fascinante, entre la luz crepuscular de una época que se extingue.
CRÍTICA
De Arturo Pérez-Reverte me gusta casi todo, ya sean sus novelas como sus artículos, que pueden leerse semanalmente en su página web Patente de corso, hace poesía hasta de las cosas más banales.
El tango de la Guardia Vieja es de esas novelas difíciles de encasillar en un género, a caballo entre la novela histórica y la novela negra, es sobretodo una gran historia de amor, pero no una de esas historias de amor edulcoradas con final feliz, no, ésta es una historia de amor con mayúsculas, apasionada, complicada, tormentosa, trágica y un tanto amoral, como en todas las novelas de Pérez-Reverte.
La novela transcurre en dos momentos temporales, uno en el presente (el de los protagonistas, claro está) y otro que discurre en varios momentos del pasado, allí donde las casualidades llevan a los protagonistas a encontrarse. Las tramas se intercalan de manera que no se necesitan estar separadas por capítulos, el lector sabe en cada momento donde está, ya sea por alguna pequeña referencia al paisaje o a la ciudad en la que se encuentran o bien se adivina por los tiempos verbales que usa.
Protagonizada por Max, el bailarín mundano, y Mecha, la femme fatale, cuyos encuentros y desencuentros durante cuarenta años son el hilo conductor de esta novela que muestra su evolución, desde la pasión despreocupada de la juventud hasta el desasosiego y el desencanto de la vejez.
El punto fuerte de la novela es sin duda la maestría con que está escrita. Pérez-Reverte usa el lenguaje como nadie, crea escenas con tanto detalle que, a veces, parece que estas oyendo el tango. Elementos inanimados, como el collar de perlas o el tango de la Guardia Vieja, adquieren la dimensión de un personaje más por la relevancia y el simbolismo que adquieren. En cuanto a los personajes de carne y hueso, están descritos de tal manera que con pocas palabras te haces una idea de como son, especialmente los personajes secundarios como Armando de Troeye (primer marido de Mecha) y Jorge Keller (hijo de ésta).
El tango de la Guardia Vieja no es una de las mejores novelas de Arturo Pérez-Reverte, ya que a pesar de que leerla es una delicia, la trama flojea y la historia no me ha acabado de enganchar, parece que ha querido tocar muchos temas sin llegar al fondo de ninguno.
El tango de la Guardia Vieja es de esas novelas difíciles de encasillar en un género, a caballo entre la novela histórica y la novela negra, es sobretodo una gran historia de amor, pero no una de esas historias de amor edulcoradas con final feliz, no, ésta es una historia de amor con mayúsculas, apasionada, complicada, tormentosa, trágica y un tanto amoral, como en todas las novelas de Pérez-Reverte.
La novela transcurre en dos momentos temporales, uno en el presente (el de los protagonistas, claro está) y otro que discurre en varios momentos del pasado, allí donde las casualidades llevan a los protagonistas a encontrarse. Las tramas se intercalan de manera que no se necesitan estar separadas por capítulos, el lector sabe en cada momento donde está, ya sea por alguna pequeña referencia al paisaje o a la ciudad en la que se encuentran o bien se adivina por los tiempos verbales que usa.
Protagonizada por Max, el bailarín mundano, y Mecha, la femme fatale, cuyos encuentros y desencuentros durante cuarenta años son el hilo conductor de esta novela que muestra su evolución, desde la pasión despreocupada de la juventud hasta el desasosiego y el desencanto de la vejez.
El punto fuerte de la novela es sin duda la maestría con que está escrita. Pérez-Reverte usa el lenguaje como nadie, crea escenas con tanto detalle que, a veces, parece que estas oyendo el tango. Elementos inanimados, como el collar de perlas o el tango de la Guardia Vieja, adquieren la dimensión de un personaje más por la relevancia y el simbolismo que adquieren. En cuanto a los personajes de carne y hueso, están descritos de tal manera que con pocas palabras te haces una idea de como son, especialmente los personajes secundarios como Armando de Troeye (primer marido de Mecha) y Jorge Keller (hijo de ésta).
El tango de la Guardia Vieja no es una de las mejores novelas de Arturo Pérez-Reverte, ya que a pesar de que leerla es una delicia, la trama flojea y la historia no me ha acabado de enganchar, parece que ha querido tocar muchos temas sin llegar al fondo de ninguno.
VALORACIÓN: 4/5_8/10
No me atrae mucho este autor pero este libro tengo muchas ganas de leerlo, sobre todo por el aspecto del tango
ResponderEliminarbesos
Vaya, creo que ha sido la reseña que leído que peor la pone (aunque aun así la pongas muy bien).
ResponderEliminarEs que esperaba más de Pérez-Reverte, sabe hacerlo mejor.
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